Shampalwe en el lago de las mariposas

Pajarito salpicado de estrellas… No hay mejor nombre para la recién nacida. Pensaré en ella cuando me sumerja en las aguas del lago, y le pediré al bosque que la cuide. Vieja Kush y Kupuka me dijeron que no olvidara hacerlo. ¿Le ocurría algo al brujo? Con seguridad es su corazón, siempre lleno de aflicción por los otros. ¡Eso y no otra cosa! ¿Qué podría pasarle sino lo de siempre? Que las liebres, que las laderas del este, que las montañas… Pero mi Wilkilén recién nacida no tiene nada que temer. Su padre ha ido de caza y yo me bañaré en el lago para que no me falten fuerzas ni alimento. Antes de marcharme cortaré un ramo de flores para aromar su manta. ¡Aquellas flores amarillas parecen estar llamándome! Ven, Shampalwe, llévanos contigo… Queremos conocer a Wilkilén, la recién llegada.
Mejor será que haga un gran manojo para darle una flor a cada uno de mis hijos. Le daré dos a Thungür porque él le obsequiará una a Vieja Kush y otra a mí. Le daré una a Kume. Y él la tomara con recelo. Otra para Piukemán que le quitará los pétalos para ver cómo es por dentro. Le llevaré cuatro flores a Kuy-Kuyen para que adorne sus trenzas. El resto será para la niña que acaba de nacer. Pajarito salpicado de estrellas…
¡Será bueno regresar con un ramo de flores amarillas!

Texto: Liliana Bodoc.
Ilustración: Gonzalo Kenny.